jueves, 18 de diciembre de 2008

LOUVRE DE BD.

Seguimos con museos.
Si hace poco comentaba la noticia que hablaba de la creación de un futuro Museo del Cómic en Barcelona, hoy me he enterado a través de la estupenda revista on-line sobre historieta "Tebeosfera", de que nada menos que el "Louvre", considerado uno de los más importantes del mundo, va a dar entrada en sus salas al cómic.
La citada revista nos enlaza en su sección de noticias con el link: http://www.graphivore.be/news.php?idnews=1829, correspondiente a la página francesa dedicada a la Bande Desinnée del mismo nombre, y en la nota (por supuesto en francés) reseñan la exposición temporal que desde el 22 de enero al 13 de abril el museo parisino dedica al 9º Arte. Para ser más exactos, la muestra consiste en varios retratos de la "MonaLisa" revisitados/reinventados por prestigiosos dibujantes como Yslaire, De Crécy o Mathieu.
Una interesante iniciativa que esperemos se apresuren a copiar, en el buen sentido, por estos lares.







lunes, 15 de diciembre de 2008

viernes, 12 de diciembre de 2008

... Y EL TEBEO ESPAÑOL TAMBIÉN.

De Guatemala a Guatepeor. Leo en "La carcel de papel" que el pasado jueves falleció Roberto Segura, insigne dibujante de la época de esplendor de Bruguera. De trazo nervioso y sencillo, las desventuras de sus personajes "Rigoberto Picaporte, solterón de mucho porte", "Los señores de Alcorcón y el holgazán de Pepón" o "Rebollez y señora" en las páginas de revistas como "Tio Vivo", "Pulgarcito" o "Mortadelo" formaron parte de mi infancia y temprano despertar al fantástico mundo de los tebeos.





Un completísimo artículo sobre sobre su obra en el blog de "Lady Filstrup":

http://ladyfilstrup.blogspot.com/2006/11/catstrofe-segura.html





miércoles, 10 de diciembre de 2008

LA BANDE DESSINÉE DE LUTO.

Me he enterado un poco tarde, pero no quería dejar de rendir homenaje al genial dibujante y guionista francés Gerard Lauzier, que fallecía el sábado pasado a los 76 años dejando atrás una interesantísima obra. Su serie "Cosas de la Vida" (compuesta por cuatro álbumes) es su aportación más destacada al mundo del cómic y en ella disecciona, con un humor que roza la crueldad, a la burguesía francesa de finales de los 80 y principios de los 90. Su extraordinaria capacidad para la sátira social se vería también reflejada en su última obra en formato de historieta "Retrato del artista", que publicó en el año 1992. Como reconocimiento a ese espíritu crítico y a su carrera como dibujante fue galardonado con el Gran Premio del Salón de Angoulême de 1994. En los últimos años se ha dedicado el teatro y al cine ("Mi padre, ese héroe").

Un sentido adiós.





martes, 9 de diciembre de 2008

UNA DEL OESTE.

Parece que ultimamente estamos asistiendo a la resurrección del Western como género a tener en cuenta. Este año dos producciones parecen haber recuperado el lustre que antaño tuvo: la primera ha sido "El tren de las 3:10" (en realidad se ha estrenado con un retraso de más de un año en nuestro país), de James Mangold, donde unos acertados Christian Bale y Rusell Crowe asumen y reinventan los papeles de Van Heflin y Glenn Ford en el film de Delmer Daves. La segunda es "Appaloosa", dirigida por Ed Harris, produccion del año 2008 de la que me ocuparé en estas líneas.
Harris es un estupendo actor que debutó en la dirección hace bien poco. Lo cierto es que la crítica puso a caer de un burro su biopic del pintor Jackson Pollock estrenado en el año 2000 (me abstendré de hacer comentarios puesto que no la he visto). Ocho años después, se pone de nuevo tras la cámara para contarnos una historia absolutamente diferente. Enmarcada en ese período de la historia norteamericana tan reconocible, el de los hombres a caballo con sombrero y revólver al cinto, debo reconocer que no veía unas maneras tan clásicas desde "Sin Perdón".
Es "Appaloosa" una película con una fuerte base literaria y eso se nota. Basada en una novela de Robert B. Parker (que desconozco), la historia nos presenta a dos personajes principales cuya idiosincrasia nos recuerda a arquetipos mil veces vistos en otros films. Los pacificadores o marshalls federales, que vagaban de un pueblo a otro para imponer la ley, aparecen en este caso en el pueblo que da nombre a la película para sustituir al anterior, que ha sido asesinado por un terrateniente. Precisamente ese crimen y su artífice, interpretado por Jeremy Irons, son el punto de partida y el motivo en torno al cual gira toda la película. Bueno, eso y el poderoso influjo que los mohines de Renée Zellweger (probablemente en la peor actuación de su carrera), ejercen sobre el durísimo tipo que encarna el actor-director de esta historia, el agente de la ley Virgil Cole. Porqué si Everett Hitch, interpretado por Mortensen, es el fiel amigo, ayudante, corrector lingüístico (quien vea la peli entenderá el por qué) y conciencia de Cole, la mujer que se interpone en esta historia de amistad a la vieja usanza entre estos dos hombres es, sin lugar a dudas, el desencadenante del curso que toman los acontecimientos y del final en que desembocarán también. Esa amistad, con claras reminiscencias al cine de Hawks e incluso al de Peckinpah, es el sustrato que conforma la esencia de los dos héroes, cuyo destino parece irremediablemente unido precisamente hasta su llegada al lugar donde transcurren los hechos.
El protagonista de "El show de Truman" nos explica todo este entramado a través de unos diálogos incisivos (en los títulos aparece acreditado como co-guionista), en ocasiones brillantes. Recurre a una planificación sosegada, con abundancia de planos secuencia y momentos en que la cámara se queda fija, como escuchando a los actores. Porqué este es un film de actores, lo cual no quiere decir que renuncie a la acción y a los tiros, como en toda buen peli del Oeste. Es sólo que los tiroteos, las persecuciones y los muertos aparecen convenientemente dosificados, en puntuales estallidos de una violencia seca. Y esa escenas de acción tan deliveradamente sobrias nos recuerdan precisamente ese tono de contención que el director ha querido dar a todo el film, valorando por encima de la espectacularidad la compleja telaraña de relaciones que se establece entre todos los personajes.
Es ésta pues una buena muestra de que las películas del Far West a la vieja usanza siguen funcionando siempre y cuando se hagan, como en este caso, desde el respeto a un género que desde luego ha pasado por momentos mejores.

miércoles, 3 de diciembre de 2008

ODIO A LO JUDÍO.

Curiosa coincidencia la de esta semana. Este lunes pasado emitían por la 2 de TVE la aproximación de Costa Gavras al Holocausto judío, a través de los ojos de la Iglesia Católica, con su film "Amén". La película me pareció valiente, muy en la línea de cine político del director griego y nos muestra, con unos adecuados toques de trhiller, la inacción y falta de compromiso de la jerarquía de la Iglesia, incluyendo al propio Papa, ante las masacres de los Campos de Concentración. Y vamos a lo de la coincidencia, porqué justo ayer leía "Judenhass", la última obra del guionista-dibujante Dave Sim, cuyo significado literal en alemán es, como reza el título del post, odio a lo judío.



El creador de "Cerebus" (aún inédita en España) nos presenta un mosaico de viñetas con base fotográfica en su sentido más literal con un estilo, según sus propias palabras, cercano a los dibujantes clásicos norteamericanos de los años 40 y 50 como Alex Raymond o John Prentice. La narración se desprende de un desarrollo argumental al uso y se descompone en ocasiones en múltiples viñetas-detalle, prescindiendo de los bocadillos y utilizando únicamente textos de apoyo para acompañar las imágenes. Éstas nos muestran las macabras escenas de las instántaneas de los Campos por todos conocidas y, paralelamente, se intercalan declaraciones de personajes de la literatura, la política o la religión y sus correspondientes representaciones, que a lo largo de la historia declararon su intisemitismo y la necesidad de erradicar o frenar la expansión de esta etnia.
A medio camino entre el texto ilustrado y el lenguaje de la historieta, el experiemento de Sim se mueve en un discurso entre ambigüo (cualidad que acompaña a toda su polémica carrera como autor independiente) y reivindicativo. Parece su intención presentarnos al pueblo de Israel como víctima eterna, como el pueblo odiado por todos los demás pueblos. Sin embargo, su visión desde el punto de vista gentil, parece al final dejarnos la contradictoria sensación de que algo de culpa deben de tener. Y quizás en parte esa sensación venga motivada por la declaración de intenciones inicial. Sim sostiene la teoría de que todos los antencedentes históricos conducían indefectiblemente al Holocausto, y que Hitler fue tan sólo el canalizador y ejecutor de un pensamiento generalizado entre la intelectualidad de la sociedad occidental (aunque también menciona a los musulmanes) durante siglos.
Una lectura recomendable, no obstante, aunque a años luz del "Maus" de Spiegelman que sigue siendo a fecha de hoy, para el que suscribe, la aproximación más honesta que se haya hecho en cualquier medio sobre el tema.