jueves, 13 de septiembre de 2007

TARANTINADAS.

Fresco aún en mi mollera el recuerdo de la irregular "Grindhouse: Death Proof", me quedo con uno de los diálogos absolutamente irrelevantes para la trama de la película (y en esta ocasión bastante menos interesantes y absurdos, en general, que en sus demás producciones) que suele introducir el amigo Quentin sin venir a cuento. Me refiero a la conversación en el bar de carretera sobre el film de Richard C. Serafian "Vanishing Point" (en el doblaje en castellano se menciona como "Punto Límite: Cero", su título de estreno en España), y en el que el director ha confesado sin disimulo inspirarse directamente.
Confieso que me picó el gusanillo, pues tenía un recuerdo vago del visionado de esta cult-movie del año 71. Así que, mula mediante, me dispongo a revisar la susodicha y ,¡sorpresa!, descubro que es una de esas pelis de coches de serie B que proliferaron en los setenta pero con un punto transgresor (ingénuamente transgresor) y ácrata un poco por encima de similares productos de la época. Y las persecuciones de supercoches americanos son cojonudas. Una vez más las filias de Tarantino se convierten en las mías y alucino con las correrías del Kowalski y su "Dodge Challenger" (el mismo modelo aparece en "Death Proof"), y una oleada de nostalgia tontorrona me asalta, otra vez. Debe ser la edad.
Por cierto, el trailer es la hostia:

1 comentario:

Anónimo dijo...

Evidentemente, no es la mejor peli del Tarantino, pero que quieres que te diga a mí particularmente me gustó, el rollo macabro que se monta alrededor de un coche a "prueba de muerte" me pareció lo suficientemente freakie y serie zetero. Aunque me hubiera gustado disfrutar de los trailers de la sesión doble ó grindhouse que aquí, al no funcionar comercialmente esta fórmula, no se proyectan. En fin, el macarra del Russell en estado puro y muchos pieses de tías pero que muy cojonudas.