viernes, 22 de junio de 2007

A VUELTAS CON LA LEY DEL CINE.

Vuelve la eterna polémica.
En estos días en que los insignes padres de la patria tratan de armonizar intereses difícilmente armonizables (exhibidores versus artistas) mediante la creación de una nueva ley que regule y proteja nuestro "amado" cine, surge de nuevo la duda: ¿por qué no funcionan nuestras películas en las salas?
Si los exhibidores ya hacen esfuerzos ímprobos por mantener sus negocios a flote, ¿es lícito exigirles en nombre de la supervivencia de la industria nacional y la excepción cultural, una cuota de pantalla para unas películas que, salvo excepciones, suponen tener las salas vacías? Porqué no nos engañemos, y aunque suene ya a cantinela, el cine español no va a verlo ni Diós.
Y conste que entiendo perfectamente a los directores, y a los actores, y todo el personal que en este país vive de hacer cine. Pero pienso que ya es hora de cambiar el chip. Ya es hora de ofrecer a la gente lo que quiere ver, y ésto no es una cuestión de cuotas, si me apuras ni siquiera de presupuesto, sinó de escuchar a los espectadores y las cifras en taquilla.
Por supuesto, las producciones de "arte y ensayo" siguen teniendo su lugar y su importancia como tales (ya hay circuitos específicos además para este tipo de cine), pero, sin entrar en la eterna discusión arte-entretenimiento, lo que mantiene la industria son las entradas pagadas en las taquillas (mercado del dvd aparte, dada la alegría del intercambio de archivos en la Red).
Hagamos acto de contricción pues, y copiemos sin ningún rubor el mercado francés, o el inglés. Y si la gente quiere "Alatristes" o "Torrentes", pues no nos hagamos cruces, démoselos. ¿Qué está de moda adaptar cómics, pues toma "Mortadelo" o " El Capitán Trueno", porqué vamos a ser menos que los yanquis?
La prueba de la eficacia de un producto nacional en taquilla es real, sólo se trata de observar el mercado y de no empecinarse en contar siempre las mismas historias, que interesan a los mismos de siempre (unos seis o siete).
Mi intención con este post no es otra que la de levantar una voz por nuestro cine, aunque parezca lo contrario. Pero el que pedimos los espectadores, no el que demandan el Ministerio de Cultura con sus subvenciones, ni los críticos de salón con sus divagaciones eruditas.
El debate está abierto.

5 comentarios:

vicente dijo...

Básicamente, estoy de acuerdo contigo, pero no deberíamos hacer una revolución cultural a lo chino?, está claro que a la mayoría le interesa el cine como medio de entretenimiento, pero no es menos cierto, que si siguiéramos las directrices de la "Industria", nos convertiríamos en meros consumidores de bazofia, con esto, sé que no se va a solucionar nada, y que si realmente queremos al cine español, debemos reactivar nuestra industria y darle más competitividad, originalidad y saber beber de los modelos europeos, (abogo por hacer que los "green go" se chupen todas las de Almodóvar y así puedan reinvindicar en todos los Estados de la Unión, el día del Orgullo Gay), bromitas a parte, debemos ser capaces de ser originales y no contar siempre las mismas histórias, pero que quieres que te diga, siempre apostaré por un cine que sea cercano y que me haga ver lo que se cuece a mi alrededor, lo sé, soy un tontorrón... pero también me gusta Spiderman 3!!!, bueno no he aportado nada nuevo a tu reflexión, pero espero, como dices que se den cuenta de una vez, por donde van los tiros, y por supuesto, mi apoyo al futuro "nuevo" cine español. Esperemos, pues.
pd. lo de la revolución cultural china era para despistar.

Castedo Merinero dijo...

No sé muy bien la relación que quieres establecer entre el cine español y la nueva ley porque la desconozco, pero a mi juicio la calidad media de las películas americanas es inferior a la de las nuestras; lo que pasa es que funcionan por su mercadotecnia (pensemos en las hamburguesas, la Coca-cola...) y nuestra leyes deben apoyar nuestras películas fomentando la diversidad y la publicidad, no centrándose en los requerimientos del público.

SALVATRON dijo...

Carlos, aún estando de acuerdo en la necesidad de la existencia de un cine propio, como hecho artístico autóctono claramente diferenciado de los productos norteamericanos comerciales, el hecho es que la industria se sustenta fundamentalmente de los ingresos en taquilla.
Sin público no hay industria, y si no hay industria entonces si que estamos vendidos a las superproducciones de hollywood.

Castedo Merinero dijo...

Salva, el cine español necesita público y por eso hay que promocionarlo, para hacerle mayor hueco en los cines y levantar su reputación en el imaginario colectivo, es cierto, pero todo eso sin olvidar a aquellos que quieren contar algo sin venderse a la taquilla.

Anónimo dijo...

evidentemente mi apuesta es por el cine independiente, aunque pensándolo bien nunca he estado en Ikea.