lunes, 12 de mayo de 2008

ALAN MOORE Y EL SEXO.



Terminadita de leer, y calentita aún en mi memoria, la primera entrega de lo último del guionista más barbudo del mundo del cómic. No suelo hacer posts sobre obras incompletas, pero con Lost Girls no he podido resistirme y voy a hacer una excepción. Y es que este señor, acompañado en esta ocasión con la que ahora es su esposa al dibujo (una inspiradísima Melinda Gebbie), ha vuelto a conseguir dar una vuelta de tuerca al enésimo género al que se enfrenta. Y mira que, en esta ocasión, estamos hablando de pornografía. Sí, nada de erotismo ni de sexo sugerido. Pura pornografía con sus pollas, sus coños y sus fluidos.
En este orden de cosas, coges a tres personajes esenciales de la historia de la literatura infantil, subviertes su esencia convirtiéndolos en símbolos de las tres edades (juventud, madurez y vejez) en su camino de autodescubrimiento sexual, y, a través del relato de sus sueños y experiencias merced al nexo de unión entre la fantasía y el placer como elementos liberadores, los conviertes en protagonistas de una historia que muchos tacharían de "mierda pedófila". Bueno, es una interpretación bastante plana del asunto, considerando que Internet está lleno de sexo ilícito gratis y real. Sólo tienes que hurgar un poco en las múltiples capas de este primer tomo para descubrir que estás ante una auténtica obra de arte de una complejidad tal que, al igual que ocurría con obras como "Watchmen" o "From Hell", necesita de varias lecturas para descubrir el nivel de detalle que la convierte en literatura (que me perdonen los puristas) de alto nivel.
En cuanto al apartado gráfico, está a la altura de las expectativas. El dibujo minucioso, de estilo cercano al realismo de Melinda Gebbie, se adapta perfectamente a las intenciones y la exigencia del escritor de Northampton. Cada viñeta, cada página, incluso cada capítulo, se puede observar como unidad independiente o como un todo según convenga a la exhaustiva planificación de Moore (10 años dan para ser bastante exhaustivo), pero siempre teniendo en cuenta que al final forman parte de una entidad unitaria llamada historia.
Espero pues con impaciencia la conclusión de estas "chicas perdidas", que mucho me temo, hagan que el señor Alan Moore vuelva, de nuevo, a sentar cátedra dentro del mundillo del 9º Arte. Mientras tanto, me contentaré con soñar con las lascivas aventuras de Alicia, Wendy y Dorothy.


3 comentarios:

Castedo Merinero dijo...

Parece interesante Salva, yo diría que muy interesante. ¿Me lo dejará leer Amparo, por mucha gran literatura que muestre?

SALVATRON dijo...

Carlos, estoy seguro de que tu Amparo es lo suficientemente madura como comprender cualquier tipo de manifestación artística. Aunque esté disfrazada de "guarrerida española".

Castedo Merinero dijo...

Vale, siguiendo tu consejo se lo diré a Amparo.